Acetaminofén, pupusas y hamacas.
Moisés Rodríguez Jurado
5 de Septiembre, 2018
ISLA TASAJERA - Tras pasar aproximadamente 2 meses en la comunidad San Rafael Tasajera, puedo enfocar mi "diagnóstico" como fisioterapeuta en 3 grandes campos. El desconocimiento sobre el dolor, la falta de alimentación saludable y la falta de ejercicio.
En primer lugar existe un gran desconocimiento sobre el ámbito del dolor (en esta entrada hablaré de los tipos de dolor que incumben a mi ámbito profesional, véase articular, miofascial y neural), incluso por parte de la promotora de salud, a la cual no se puede culpar puesto que su labor principal es ser capaz de detectar banderas rojas que remitir al centro sanitario más cercano. Esta falta de conocimiento sobre las posibles causas que puede tener un dolor, llevan al isleño a recurrir a lo único que tiene a su alcance, el Acetaminofén. Dolores de cabeza, de cuello, de rodilla, de cadera, etc. absolutamente todo tiene su cura en el Acetaminofén, con el consecuente riesgo que tiene este tipo de medicamentos. Cuando el Acetaminofén no da resultado, la promotora intenta, con la mejor de sus intenciones, calmar ese dolor, comenzando entonces a probar con diferentes antiinflamatorios y analgésicos hasta que uno es capaz de calmar el dolor del o de la paciente. Debido a esto veo una posible línea de trabajo en una capacitación en diferentes ámbitos. En primer lugar, a la promotora de salud, hablarle de las diferentes causas que puede tener un dolor, y como los medicamentos, en muchas de estas causas, no son sino un tratamiento sintomatológico que no llega a la etiología del problema y por tanto vuelve a requerir futuras tomas del mismo medicamento. Una capacitación sobre movilizaciones articulares, estiramientos musculares, ejercicios de fortalecimiento para descompensaciones musculares, etc. podría solucionar alguno de estos casos sin tener que recurrir al fármaco. Por otro lado esta información tiene que hacerse llegar a los isleños a través de trabajos grupales antes o en el momento del dolor, p.e. aproximadamente el 70% de los pacientes atendidos referían dolor de columna que se solucionaban con estiramientos sin tener que recurrir al abordaje farmacológico.
En segundo lugar la mala alimentación está llevando a los isleños al sobrepeso, sobre todo en el caso de las mujeres, pero también afecta a muchos hombres. Un consumo excesivo de grasas (queso, principalmente) y falta de fruta y verdura, son los principales problemas. Esto, obviando los problemas respiratorios y cardiovasculares que conlleva, también genera una fuente de dolor de tipo musculoesquelético como son los procesos degenerativos articulares, principalmente artrosis de rodilla. Muchos son los pacientes que refieren dolor de rodilla, en ocasiones bilateral, a los que se recomienda que "pierdan unas libras" y sin embargo esa misma noche vuelves a verlos comerse 3 pupusas. El sobrepeso también es la causa de muchas de los dolores de columna que acusan los pacientes, y que tienen la solución en la misma acción: perder peso. Debido a esto creo que es necesario un plan para hacer comprender a los isleños, desde las fases más tempranas de la vida, lo importante de una alimentación saludable para su cuerpo. En este campo hay avances, por ejemplo, por un plan gubernamental estatal, en los recreos escolares ya sólo se puede dar fruta y jugos naturales a los niños. Puede parecer un pequeño paso, pero es el camino del cambio.
El tercer, y no por ello menos importante, aspecto, está relacionado con la falta de actividad física. Este aspecto toca más a determinados grupos como mujeres que trabajan principalmente en el hogar y ancianos. Es común ver a estas personas pasar sus tardes en la hamaca, refugiándose del calor, para ir al culto más tarde y después a la pupuseria a cenar. La falta de ejercicio, como bien es sabido, es un gran problema, no sólo por el sobrepeso secundario, sino también por el debilitamiento del los músculos, lo cual quizá en las mujeres que trabajan en el hogar no sea de vital importancia, pero si en los ancianos, puesto que en ellos esta debilidad agrava el riesgo de caídas, y una caída en una comunidad tan aislada como es Tasajera, puede hacer que una fractura de cadera les deje inmovilizados de por vida. Es por esto que me parece de vital importancia concienciar a los isleños en el ejercicio en todas las etapas de la vida. En este punto también he de decir que me siento optimista, puesto que he conocido en primera mano grupos de mujeres que van a la playa a hacer ejercicio en las tardes y he podido, personalmente, dirigir un programa de ejercicios para ancianos que ha despertado las ganas de estas personas de tener una mejor calidad de vida por medio del ejercicio.
Como vemos, los tres problemas están interrelacionados y son la pescadilla que se muerde la cola: la falta de ejercicio provoca sobrepeso, que a su vez provoca una dolor lumbar, que hace que la persona se mueva menos y por tanto aumente más de peso. Creo que hay un gran trabajo que hacer en estos tres aspectos, pero también me siento optimista, porque sé que la semilla ya está plantada y sólo es necesario seguir regando para que Tasajera sea un lugar con menos dolor y habitantes más sanos.